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Es una percepción humana del territorio, “cuyo carácter es el resultado de la acción e interacción de factores humanos y naturales” (SAPM, 2011).

Paisaje

PAISAJE

El concepto paisaje desde sus orígenes hace referencia a una construcción social en diferentes culturas, por ejemplo la palabra paisaje proviene del vocablo latín pagus área fuera de la ciudad, campo o comunidad rural, en tanto que la palabra landscape procede de la palabra landskipe o landscaef que se remonta al año 500 DC en Europa, para referirse a los claros en el bosque y campos cercados donde pastores anglosajones de Gran Bretaña criaban a sus animales (Taylor & Lennon, 2011).

Hacia el Siglo XV gracias a la invención de la perspectiva y la laicización de la pintura, el paisaje comenzó a representarse en obras pictóricas (Bello Navarro, 2004), primero como fondo en retratos y con el paso del tiempo los protagonistas de las obras se fueron incorporando a la escena del paisaje hasta convertirse este último en una temática independiente (Artehistoria, 2008). A partir de ese momento el paisaje se mantuvo como la interpretación de una imagen hecha a partir de la observación de acuerdo a los cánones estéticos imperantes; no fue sino a mediados del Siglo XIX, con el surgimiento de nuevas ramas del conocimiento como la ecología y la conservación, la psicología ambiental, que se da lugar a un cambio de paradigma respecto al paisaje.

Hacia el Siglo XV gracias a la invención de la perspectiva y la laicización de la pintura, el paisaje comenzó a representarse en obras pictóricas (Bello Navarro, 2004), primero como fondo en retratos y con el paso del tiempo los protagonistas de las obras se fueron incorporando a la escena del paisaje hasta convertirse este último en una temática independiente (Artehistoria, 2008). A partir de ese momento el paisaje se mantuvo como la interpretación de una imagen hecha a partir de la observación de acuerdo a los cánones estéticos imperantes; no fue sino a mediados del Siglo XIX, con el surgimiento de nuevas ramas del conocimiento como la ecología y la conservación, la psicología ambiental, que se da lugar a un cambio de paradigma respecto al paisaje.

Derivado de lo anterior en la Unión Soviética durante el Siglo XIX, con el fin de aprovechar su territorio, se estudia el paisaje a partir de la perspectiva positivista de la Teoría del Geosistema, la cual considera el paisaje únicamente como “un complejo geográfico natural” (Gómez Zotano & Riesco Chueca, 2010) sin tomar en cuenta aspectos antrópicos. De la misma forma fue considerado en Europa y Norte de América, dónde las nociones naturalistas dotaban de contenido al concepto de paisaje, tendencia que se prolongó hasta finales del siglo XX, momento en que al estudio del paisaje se incorporan las dimensiones económicas, sociales y culturales, y se abre la oportunidad de analizar el paisaje desde una perspectiva más integral.

Por lo anterior y a partir de un enfoque sistémico, el paisaje se entiende como una unidad estructurada jerárquicamente por niveles semiautónomos formados por las interacciones entre el conjunto de variables que comparten atributos similares.

Representan un conjunto de valores, de poblaciones que han conservado celosamente su territorio y el carácter que los distinguen. Como resultado producen bienestar en las esferas ambiental, económica, social y estética.

Paisaje cultural

PAISAJE CULTURAL

En 1925 Carl Sauer definió por primera vez el concepto paisaje cultural, estableciéndolo como aquel “formado de un paisaje natural por un grupo cultural. En el que la cultura es el agente, el área natural el medio. El paisaje cultural el resultado” (Sauer, 2006).

Más tarde en relación al sistema cultural del paisaje, Donald Meinig propuso que “el paisaje es un término atractivo, importante y ambiguo que engloba un ensamble de cosas ordinarias que constituyen una exhibición extraordinariamente rica del curso y carácter de una sociedad”. La ambigüedad del término, resultó un parteaguas para posteriores estudios de paisaje, ya que dio cabida al estudio de “los paisajes cotidianos que también reflejan profundamente quiénes somos y es un almacén de memorias colectivas y privadas” (Meining, 1979; Taylor, 2008), además del interés paisajístico enfocado, entonces, en los paisajes sobresalientes.

A lo largo de décadas de discusión acerca del carácter cultural que el paisaje tiene per se, se observan dos corrientes relacionadas con la definición del concepto de paisaje cultural. Por una parte, un grupo de autores sostienen que los paisajes culturales denotan la armonía entre la relación del hombre y su entorno, que da lugar a paisajes agradables estéticamente, es decir, un territorio en el cual la acción del hombre ha sido positiva. En este mismo tenor encontramos a Farina quien define los paisajes culturales como “las áreas geográficas donde las relaciones entre la actividad humana y el medio ambiente, han creado patrones ecológicos, socioeconómicos y culturales así como mecanismos de retroalimentación, cuyo orden geométrico refleja la secuencia de acciones humanas reguladas por ciclos estacionales, fenológicos y económicos” (Farina, 2000).

En esta misma línea está la definición propuesta por la UNESCO, que establece que el término paisaje cultural “abarca una diversidad de manifestaciones de interacción entre la humanidad y su medio ambiente…a menudo reflejan técnicas específicas de usos sustentables del suelo considerando las características y los límites del medio ambiente, y se establecen en una relación espiritual específica con la naturaleza.” “…son repositorios de la memoria colectiva”; los paisajes culturales son ilustrativos de la evolución de la sociedad humana y los asentamientos a través del tiempo, bajo la influencia de restricciones físicas y oportunidades presentes en el medio ambiente y de fuerzas sucesivas sociales, económicas y culturales, tanto internas como externas.” Su selección se hace “sobre la base de su valor universal sobresaliente y de su representatividad en términos de una región geocultural claramente definida y, en consecuencia, por su capacidad para ilustrar los elementos culturales esenciales y distintivos de dichas regiones” (Mitchell, Rössler, & Tricaud, 2009).

Para otros autores, como (Taylor, 2008), lo cultural es inherente al paisaje y menciona que éste no siempre tiene carácter excepcional y no siempre alude a algo placentero… “Estamos rodeados por paisajes que la gente ha fundado, modificado o alterado a través del tiempo. Estos paisajes son paisajes culturales, los paisajes cotidianos que nos rodean y en los que conducimos nuestras actividades.” (Taylor, 2008). Siguiendo al mismo autor, “los paisajes culturales son literalmente una impresión de la historia humana… los paisajes culturales son símbolo de quiénes somos, y pueden servir para recordarnos nuestro pasado, porque ellos son un registro de nuestras acciones pasadas y presentes, son producto de cambios” (Taylor, 2008).

Expresan el valor de los paisajes culturales de Milpa Alta; percibido desde el seno de la comunidad.

Atributos de los paisajes culturales

¿CÓMO SE MANIFIESTAN LOS PAISAJES CULTURALES EN MILPA ALTA?

Los atributos de los paisajes culturales, son aquellas características que los dotan de un carácter único. Son la parte medular del proyecto ya que expone su valor percibido desde el seno de la comunidad y a través de una perspectiva científica.

PATRIMONIO TANGIBLE
PATRIMONIO INTANGIBLE
ANTIPAISAJE

“Los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural.

Este patrimonio cultural intangible, que se transmite de generación en generación, es recreado en el territorio cotidianamente por las comunidades, es decir producen paisajes. Estas interacciones de tipo cultural, en conjunto con el medio físico, la dinámica social y su historia, infunden en las comunidades un sentimiento de identidad y arraigo, que contribuye a promover el respeto y protección de sus recursos paisajísticos.

El patrimonio tangible se refiere a los bienes muebles e inmuebles (monumentos y conjuntos) que tienen un valor para la comunidad local desde el punto de vista de la historia, el arte o la ciencia. Destacan los conjuntos por la unidad que generan en el paisaje, lo que refuerza el carácter de un lugar (UNESCO, 2003). Por ejemplo el sistema iglesias y capillas que son parte de las manifestaciones religiosas de la comunidad o las terrazas que representan obras conjuntas que relacionan al hombre con la naturaleza, ambos ejemplos vistos desde perspectivas histórica, estética y antropológica.

Aquellos en los que se ha degradado el carácter del paisaje, resultado de la predominancia de factores que propician la ruptura con la tradición y que se manifiestan en el paisaje.

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